domingo, 20 de mayo de 2007

Agradecimiento a Mario Mazzone



Llegue pequeño desde las estepas patagónicas a esta gran ciudad. Buenos Aires me recibió rodeándome de gente, de cientos de miles. Y sin embargo me embargaba la soledad.
Enclaustrado entre cuatro paredes busqué a alguien que me ayudara a escapar (aunque sea por un ratito) del encierro y de la soledad pero sin moverme de casa.
Encendí la radio, moví el dial, busque alguna radio que me entusiasmara y que me anime a tararear las letras de alguna canción conocida. Por supuesto que también me informara y que además me enseñara un poco más de la cultura, del arte y de la vida.
Divisé una transmisión muy interesante en el horizonte del dial y fue así que descubrí FM Horizonte (hoy extinta). Corría el año 1990. El mes era Enero.
La canción terminaba. Luego, un breve comentario cultural por parte de un locutor que cerraba con el singular latiguillo que caracterizaba a aquella FM diciendo:
“Mientras tanto ¡Aquí…! En la gran ciudad. Una nueva hora… comienza.”
Y era cierto, una nueva hora comenzaba y con ella una nueva canción.
Pero no todo era música para mí uno también debía informarse. Por suerte un periodista, de voz muy gruesa y limpia, me informaba acerca de la actualidad de aquella gran ciudad y de lo que también pasaba en el mundo por aquellos años. Así conocí por primera vez a un periodista de raza y un buen porteño de ley. Así conocí, al distinguidísimo Mario Mazzone.
Su voz me acompaño durante cuatro años. Personalmente nunca lo había visto por lo que no tenía una imagen formada de el. Sin embargo lo imaginaba como un tipo de porte grande, barbudo, de pelo ralo; quizás era porque su voz grave y la seguridad con la que hablaba y modulaba su voz me hacía recordar a un locutor de Comodoro Rivadavia, provincia del Chubut. Cuán errado estuve cuando después de un par de años de no saber nada de él (FM Horizonte había desaparecido) me enteré a través de la TV como era este periodista que se había ganado el mayor de mis respetos. Conduciendo NT aparecía un hombre elegante, de buen porte (y no de gran porte), canoso (bastante), lampiño. Ese era Mario a cara lavada. Muy diferente ha como me lo imaginaba.

Lamentablemente hoy, varios años después (o quizás no tantos) de haberlo visto por vez primera, esta mañana murió Mario Mazzone. Murió joven, murió de una embolia. Tenía además cáncer; esto yo no lo sabía hasta el día que partió.
Tipo bonachón, divertido, sobrio, regio. Pero se fue y lo que los quisimos (todos los argentinos) lo extrañaremos.
Adiós, adonde quieras que se haya ido, Sr. Mario Mazzone y gracias también al destino por haberlo cruzado a este tipazo en mi camino aquellos solitarios días de Enero.

No hay comentarios:

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com